11-01-2018/Agricultura.- Las características de tu suelo es algo que no puedes elegir, como viene, toca. Sin embargo, dentro de la base de la que partamos, podemos realizar algunos cambios para cambiar ligeramente sus propiedades. Tenemos el potencial de cambiar su drenaje y sus propiedades físicas, ya sea añadiendo materia orgánica o arando mecánicamente. Vamos a identificar tu suelo y a mejorarlo, si es que hace falta.
Suelo pedregoso:
Ventajas: buen drenaje. Suficientemente seco para trabajarlo a inicios de temporada.
Inconvenientes: se seca poco en verano y acumula muy poca humedad. Es complicado de cultivar.
Método para mejorarlo: eliminar las piedras y cantos más grandes de la superficie. Esto no quiere decir que se debe eliminar todas las rocas sino sólo las más grandes. Añadir estiércol o compost en abundancia y realizar un buen plan de abonado y fertilización según los cultivos que se vayan a plantar.
El arado deberá ser siempre superficial .
Suelo con turba:
Ventajas: suelo fácil de trabajar. Uno de los mejores suelos para arbustos.
Muy fértil si se añade cal (según pH) y se tiene un buen drenaje.
Inconvenientes: suele ser ácido y en la mayoría de los casos se ha de corregir el pH. Además, también se tendrá especial atención al drenaje y es posible que haya que mejorarlo.
Método para mejorarlo: suelen tener altos niveles de fertilidad por lo que no es necesario la aplicación de compost o estiércol en los primeros años. Según el pH, se deberá corregirlo con materias que aumenten el pH, como la cal.
Suelos calcáreos:
Ventajas: suelo muy apropiado para plantar herbáceas, flores y jardines de rocalla.
Inconvenientes: en momentos de humedad, suele ser pegajoso y de consistencia blanda. Hay que tener especial cuidado con el pH, que puede ser excesivamente alto.
Método para mejorarlo: arado superficial y añadir suficiente cantidad de materia orgánica hasta llegar al 1,5-2%. Suelen tener un gran drenaje y por tanto son pobres en nutrientes. Tener especial cuidado con el aporte de fertilizantes.
Puede ser apropiado añadir una capa de mantillo en la superficie, para reducir el drenaje del suelo y conseguir que las plantas dispongan de más humedad.
Suelos ligeros:
Ventajas: muy adecuado para cultivos tempranos, ya que es fácil de trabajar incluso en condiciones húmedas. Posee buen drenaje y una textura poco densa.
Método para mejorarlo: aporte continuo de agua y nutrientes a las plantas. Es necesario aplicar gran cantidad de materia orgánica en el suelo para aumentar la capacidad de intercambio catiónico del suelo y la retención de humedad.
Suelos intermedios:
Ventajas: posee buena estructura, pues es mezcla homogénea entre suelos arcillosos (pesados) y suelos arenosos (ligeros y con mucho drenaje). Tienen una buena capacidad de retención de humedad y nutrientes, sin llegar a tener problemas de encharcamientos.
Inconvenientes: en invierno y tiempo lluvioso, pueden formarse costras superficiales que se eliminan con un arado ligero.
Método para mejorarlo: tan sólo hay que conservarlo así. Realizar aportes periódicos de materia orgánica y controlar el pH para que no haya fluctuaciones. Eliminar las costras superficiales con arado ligero en otoño.
Suelos densos (arcillosos):
Ventajas: es una buena despensa de nutrientes y humedad. Poseen una gran capacidad para almacenar e intercambiar iones.
Inconvenientes: acumula mucho las bajas temperaturas y no es apto para cultivos tempranos.
Si la humedad es alta, puede llegar a producir encharcamientos y asfixia radicular.
Método para mejorarlo: puede llegar a necesitar una mejora en el drenaje, si este es malo. Necesita arados profundos para remover la tierra y aumentar la capacidad de drenaje. Aplicar materia orgánica de forma periódica.
Fuente: www.agroalimentando.com